El calcio actúa como mediador intracelular cumpliendo una función de segundo mensajero; por ejemplo, el ión Ca2+ interviene en la contracción de los músculos. También está implicado en la regulación de algunas enzimas quinasas que realizan funciones de fosforilación, por ejemplo la proteína quinasa C (PKC), y realiza unas funciones enzimáticas similares a las del magnesio en procesos de transferencia de fosfato (por ejemplo, la enzima fosfolipasa A2).
Algunas de sus sales son bastante insolubles, por ejemplo el sulfato (CaSO4), carbonato (CaCO3, oxalato, etc., y forma parte de distintos biominerales. Así, en el ser humano, está presente en los huesos como hidroxiapatito cálcico, Ca10(OH)2(PO4)6, en los dientes como fluorohidroxiapatito (algunos OH- se sustituyen por F-), o como carbonato de calcio en el oído interno. Otros biominerales se encuentran presentes en exoesqueletos, en conchas o en cáscaras de huevo de distintos animales y en forma de distintas sales.
Otra función del calcio está relacionada con la coagulación de la sangre, a través de su relación con la proteína protrombina.
Es, por tanto, un importante componente de la dieta. La cantidad diaria recomendada para los adultos oscila entre 800-1000 mg, cantidad que debe incrementarse durante el crecimiento (9-18 años) y el embarazo y la lactancia, y tras la menopausia, hasta los 1200-1300 mg; los productos comerciales especifican en su etiquetado la cantidad de calcio que proporcionan, expresada en tanto por ciento respecto la c. d. r., para que el consumidor sepa si está ingiriendo la cantidad diaria recomendada (en las situaciones especiales descritas debería consumirse en torno a un 130%). Productos ricos en calcio son la leche y los derivados lácteos (cuyo calcio es fácilmente absorbido), los vegetales (frijoles, espinacas), los pescados que se comen con espina (sardina, anchoa), etc. y los alimentos enriquecidos con calcio.
La competencia que se establece entre ciertos minerales puede inhibir la absorción del calcio; así, calcio y magnesio compiten por los mismos puntos de absorción, por lo que aquellas personas que estén tomando suplementos del segundo habrán de tener especial cuidado con el aporte diario de calcio.
El déficit de calcio es susceptible de provocar osteoporosis e hipocalcemia, mientras que su exceso provoca hipercalcemia.
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