Como vimos en las otras ediciones, el por qué de la gordura de la gran mayoría de los obesos se debe a que ingieren más calorías de las que gastan. Siendo así, los tratamientos más eficaces se basan en reducir, de forma inteligente, la alimentación y en hacer ejercicio, actitud que exige más de perseverancia y sacrificio que de dinero. Como buena parte de las personas desean adelgazar sin esfuerzo, las dietas se tornaron famosas y muy populares. Médicos, nutricionistas y laicos fueron adaptando e inventando dietas de acuerdo con lo que dictaba la moda del momento. Muchas de éstas disparatadas, sin fundamento científico pero que pescaban, con mucha eficacia, a los perezosos.
Cuando comenzó - En 1889 el médico Horace Fletcher, condenando la compulsión, inventó una dieta basada en la
moderación.
En 1930, fue el médico William Hay que manifestó que almidones no combinan con proteínas y las frutas con ninguno de los dos. Este fue el primer paso de las dietas del tipo "solamente de esto" o "solamente de aquello".
En 1938, vísperas de la Segunda Guerra Mundial, una parte de la sociedad creía que fruta quemaba calorías y café disminuía el apetito.
Alrededor de 1954 se comenzó a pensar en contar calorías, llevando a las personas a consumir alimentos menos calóricos, pero no se hablaba de asociarlos a los ejercicios.
Fue en 1963 que los caminos de cómo adelgazar con salud se abrieron con el surgimiento de la idea de perder peso sin medicamentos, ya que las anfetaminas comenzaban a invadir el mercado bajo la forma de moderadores del apetito. Jean Nidetch lanza en los EUA la reeducación alimentar acompañada de ejercicios. Estaba fundado el "Weight Watchers" - Vigilantes del Peso.
El inicio de los años 70 fue marcado con la idea avasalladora de la dieta Atkins engordando la cuenta bancaria del cardiólogo Norte Americano Robert Atkins.
À base de proteínas, sin carbohidratos, azúcares o frutas, la dieta estimula el consumo de grasas y proteína animal. El desequilibrio metabólico provoca el adelgazamiento, además que las propias grasas incluidas en la alimentación provocan llenura y reducción del
apetito. Como nadie es de hierro, un día para de hacer la dieta y vuelve a engordar y de paso lleno de colesterol en la sangre... Y pensar que esta dieta fue creada por un cardiólogo, ah!!! Gana con la dieta y después con las consultas para disminuir el colesterol. Ni el NIH, uno de los más respetados Institutos Nacionales de Salud de los EUA y mucho menos la OMS (Organización Mundial de salud) recomiendan dieta rica en proteína y grasas.
En 1982 surge la dieta de las frutas, más conocida como Beverly Hills. Eso mismo. "Sólo" frutas. La americana, ex obesa Judy Mazel sugiere que las enzimas aceleran la quema de grandes depósitos de gordura. Una idea sin fundamento científico. A dieta es monótona, "acaba" con la vida social del individuo y provoca carencia de vitaminas.
La dieta de la Luna, sugiriendo ingerir solamente líquidos durante las 24 horas antes de cada fase de la luna surgió en 1985. Como el agua facilita los procesos de excreción, la pérdida de peso no está asociada a la pérdida de gordura. Además de esto, puede acontecer pérdida de minerales estando el cuerpo repleto de líquido. Cuando ingerimos demasiado líquido, el cuerpo elimina el exceso y con él algunos nutrientes.
En 1997 renace nuevamente la idea absurda de las grasas basada en la filosofía Atkins. Esta vez como el famoso Xenical Proteínas. Impidiendo la absorción del 30% de las grasas ingeridas, con efecto colateral inmediato. Fuerte diarrea, en función de la ingestión exagerada de grasas. Mucha gente tuvo que usar "pañales" para no pasar vergüenza... O
bacinilla...
Al año siguiente otro americano, Peter J. D'Adamo tuvo suceso y en el Brasil su método basado en determinados alimentos para cada tipo sanguíneo, fue popularizado por otro médico, el Dr. Sérgio Teixeira, de la Universidad Federal de Río de Janeiro, que lanzó la Dieta que "Está en la Sangre". Como no podría dejar de ser... adonde está la comprobación científica?
Mucha gente parece insistir en el error y circula de mano en mano una tal dieta de la USP, que no tiene nada que ver con la bien conceptuada Universidad de São Paulo. La entidad hasta creó un servicio de utilidad pública para orientar sobre los riesgos de tal dieta, que una vez más recomienda la ingestión de jamón, huevos y café sin azúcar. La elevación del ácido úrico es uno de los posibles efectos colaterales.
Quién no se acuerda de "Sólo es gordo el que quiere?" El libro que vendió "horrores" proponiendo una división de alimentos en dos categorías: sal y dulce. La sugerencia era no mezclar estos dos grupos para perder peso además de no aconsejar la combinación de ciertos alimentos. Claro, más una idea sin fundamento científico, esta vez del médico João Uchôa Jr. que reapareció después de pasado el período de suceso de la dieta, pero bastante más gordo y censurado por el Concejo Regional de Medicina de Río de Janeiro en 1986.
Vemos pues así ... cómo es fácil engañar a las personas, no?
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