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Antes
de comenzar un programa de actividad física, hable con su
profesional de la salud.
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Seleccione
una actividad que usted disfrute, ya sea montar bicicleta,
bailar o caminar.
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Si
no ha estado haciendo ejercicios regularmente, comience
lentamente y poco a poco aumente la cantidad de tiempo que
está activo y las veces que los hace.
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Pídale
a un amigo, miembro de la familia, o compañero del trabajo
que haga el ejercicio con usted. Esto lo hará más
divertido.
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A
la hora del almuerzo, salga a caminar con un compañero de
la oficina.
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Use
zapatos cómodos y adecuados para la actividad que va a
realizar y que le protejan sus pies y tobillos dándoles el
soporte necesario.
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Use
las escaleras en vez del elevador.
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En
áreas seguras, estacione el carro más lejos de las
entradas a las tiendas, teatros o su casa, para que así
camine un poco.
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Arregle
su patio o el patio de su iglesia, del colegio de su hijo o
del parque de la vecindad.
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Recoja
las hojas, corte el césped, o siembre flores en el jardín.
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Bájese
del bus o del tren unas paradas antes de la suya y vaya a
pie el resto del camino, siempre y cuando el área no sea
peligrosa.
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Inscríbase
en un equipo de deportes en su comunidad. Conocerá a nuevas
personas, se divertirá, y aumentará su actividad física.
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Conozca
la ciudad donde vive. Visite sus museos, áreas históricas
y parques. Además de aprender algo nuevo, usted caminará
por horas y ni se dará cuenta.
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Camine
después de la cena en vez de mirar la televisión.